domingo, 28 de julio de 2013

Desmontando mitos - Las estructuras que se perderán por falta de uso




 Muelas del juicio, apéndice vermiforme, perderemos dedos, aumentará la masa encefálica y por consiguiente la capacidad craneal, abombándonos la cabeza asimilándonos a seres extraterrestres antropomorfos, etc.

Probablemente después de leer todo esto y te toque ir al dentista te acuerdes del momento en el que paramos nuestra evolución

 Hace poco, recordando con un familiar su reciente apendicetomía, comenzamos a discutir sobre la posibilidad que siempre se había indicado de que con la “evolución” perdiéramos estructuras que ahora tenemos y que debido al cambio de nuestros hábitos no encontrarían función, o más bien la perderían. Desde mi personal punto de vista, este evento no deja de ser un mito cualquier poco infundado por las leyes del neodarwinismo.

Como ya sostuve en otro artículo, la evolución del ser humano actualmente no existe, o si existe el ratio de cambio es tan débil que no es apreciable a la escala evolutiva lógica del resto de especies. Esta observación derivaba desde el punto de vista de que, actualmente como especie no ofrecemos mejoras unos individuos frente a otros que nos permita realizar selección genética natural adecuando esas mejoras al ambiente que nos rodea. La actual sociedad en la que vivimos, donde los derechos humanos priman sobre cualquier otra relación (o al menos deberían primar, aunque no se cumplan en muchos aspectos), permite la supervivencia del más débil, de la persona que realmente no supone una ventaja adaptativa con respecto a sus congéneres, como por ejemplo enfermos mentales, personas con deficiencias físicas que impidan la realización de ciertas labores como la autogestión completa de sus recursos. Esto puede parecer de entrada un tema delicado, ya que siempre que se habla de personas con problemas físicos o psíquicos se tiende a frivolizar y a llevar la conversación hacia campos que ya no rozan la ciencia, si no que se escapan de ella y se inmiscuyen en campos como la política, la ética, etc. Desde aquí quiero decir que este blog no aboga por ningún pensamiento político de ningún tipo pese a que siempre se intente criticar la política y la sociedad, pero siempre desde un punto científico. Merece por tanto decir que evidentemente que hay que separar correctamente estos dos puntos, lo que es la sociedad moderna, y lo que es la biología en sí. Socialmente es evidente que todas los humanos son iguales (o deberían serlo), con los mismos derechos y deberes, y sobre todo ante la ley (aunque eso aún está por ver). Por otra parte, biológicamente no es así. Los humanos no adaptados completamente al ambiente sobreviven porque la sociedad genera un nicho ecológico para ellos que les permite poder sobrevivir, e incluso reproducirse (aunque decir permitir sobrevivir e incluso reproducirse puede sonar realmente mal a escala social, que no biológica).

Dogma de igualdad social no biológico. En la sociedad actual todos los habitantes se consideran y son iguales a efectos de individuo. En el entorno natural está regla se rompe constantemente en pro de la evolución, donde el más fuerte es el único que puede hacer que su genética siga una generación más.

 Es aquí cuando se da el punto crítico de la evolución de la sociedad humana. Un individuo humano sin ningún tipo de minusvalía tiene las mismas posibilidades actualmente de sobrevivir y procrear que una persona con algún tipo de problema.  La transmisión de los genes está por tanto asegurada en los “dos tipos de personas” y por tanto la selección natural se ha parado, ya no existen ventajas adaptativas del más fuerte sobre el más débil, y el Darwinismo ha quedado extinguido para siempre en el ser humano. 

Por su parte, la modificación brutal que el ser humano ha conseguido del medio desde el momento de sus primeros asentamientos, ha provocado que este no solo no cambie, sino que lo modifiquemos a nuestro antojo. El cambio del ambiente, la evolución del ambiente, es lo que hace evolucionar a la especie. El cambio de las características de lo que nos rodea provoca que los individuos nuevos que aparezcan que estén más adaptados a esas nuevas condiciones serán los que se seleccionarán, y por tanto la especie evolucionará por ese camino y no por otro (otra vez el concepto de la Reina Roja). Al modificar nosotros el ambiente o más bien parar su evolución lógica, estamos provocando que no haya nuevas condiciones ambientales que seleccionen nuevos individuos para que la especie humana evolucione. Esto se traduce de nuevo en un parón de la evolución humana.

Es por tanto que tenemos una especie en la que, por una parte, no sucede la consecución del más fuerte como dogma central (aunque hablando ya socialmente esto ocurre todos los días en cualquiera de nuestras vidas) y por tanto nadie puede reproducirse más para comenzar un legado nuevo mejorado del anterior, y por otra poseemos un ambiente que no evolucione y que no permite seleccionar mejoras con respecto a los anteriores individuos de la especie.

El único modo de seguir evolucionando como especie humana es la aparición de un gran efecto cuello de botella que diezme literalmente el número de individuos. El cambio brutal que sucedería en el ambiente además del número limitado de individuos supervivientes permitiría comenzar una nueva etapa evolutiva al ser humano.

 Todo esto se traduce en “falta de evolución”. Ese déficit en la consecución lógica de la mejora de especie es evidente que repercute en las estructuras que poseemos. El apéndice vermiforme anteriormente era una estructura en forma de tubo ciego cuyo fin era la digestión de la fibra. Actualmente está atrofiado en nuestros cuerpos, sin ninguna función aparente pero sin visos de cambiar. El único sentido del reemplazo de esa estructura por otra o por ninguna sería la evitación de una enfermedad o la eliminación de un gasto energético inútil. Dado que la evolución se ha parado, esa estructura no puede desaparecer a nivel de especie, aunque si a nivel de ciertos individuos si se diera un efecto “cuello de botella” que seleccionará un colectivo, aunque sin suficiente potencial para traspasar esos efectos a toda la población humana. 

Pérdida de muelas del juicio, pérdida de dígitos, aumento de la capacidad craneal, se antojan por tanto imposibles sin un cambio de la actitud ambiental y social de la especie humana. Su pérdida no genera actualmente una ventaja biológica sobre el resto de individuos, y por tanto ese cambio no será seleccionado y probablemente se diluirá por efecto de la masa.

sábado, 8 de diciembre de 2012

La paradoja de los viajes temporales



Como tantas otras veces uno se sienta en el sofá y pone la televisión sin afán ninguno de ver nada en concreto, pero se encuentra con una maravilla del cine, como es concretamente “Regreso al futuro”. Ya en si el título es paradójico puesto que no puedes regresar a un sitio donde aun no has estado, y en la película, tanto Doc como Marty McFly es la primera vez que posan para hacerse la foto ante un flamante DeLorean que les espera para viajar. Dejando de lado la lengua y centrándonos en la ciencia, viendo esta obra de arte del cine de los 80 comencé a pensar en los viajes temporales y el valor científico que estos pudieran tener en nuestra realidad. Tardes de sábado lo llaman. No llueve pero yo pienso igual.



Tras un buen rato pensando llegué a la conclusión de que puede haber básicamente cuatro razones que delimiten los viajes temporales (al menos hacia el futuro):

1- Hipótesis de la inexistencia del futuro

Que el futuro no exista en nuestra realidad, tal como que la historia es lineal y no circular y por tanto el tiempo también. Esto puede conllevar que no haya nada real delante de nosotros, que cada segundo que yo gasto escribiendo estas líneas no haya existido jamás, y por tanto no esté a nuestra disposición. Es fácil pensar por tanto que si un sitio al que queremos ir no existe, es evidente que no podemos viajar a él. Por otra parte los sueños no son reales y “viajamos” a ellos en cada fase REM, pero este evento onírico no tiene especial relevancia en el futuro ya que hablamos de dos conceptos diferentes. Si el futuro como ente temporal existiera, es evidente que si en algún momento de la historia humana (o posthistoria) pudiera inventarse un artilugio que permitiera los viajes temporales, podríamos haber conocido o conocer actualmente a nuestros tataranietos paseando por la calle sin saber realmente quienes son porque vendrían del futuro. Como ocurre en Back to the future, esto podría acarrear consecuencias inimaginables en la conexión espaciotemporal del presente si llegáramos a interactuar con alguien.

Por otra parte, el hecho de que pudiéramos encontrarnos con alguien que viniera del futuro nos podría dar otra idea alentadora (o nada alentadora si lo preferimos), donde pudiéramos pensar que realmente nosotros no somos el presente, sino que somos el pasado de quien nos visita, y que por tanto todos nuestros actos están ya escritos y no somos libres en nuestras decisiones. Hagamos lo que hagamos con esta premisa nos lleva a un fin último que es hacer consecuente la trama lineal del tiempo. Usted como lector se vería obligado a leer estas líneas y yo a estarlas escribiendo en este mismo instante. Aunque mientras las escribo pienso, puedo dejar de escribir ahora mismo y estoy decidiendo mis actos, no hay ningún hecho científico que me aclare exactamente si esa decisión no estaba ya tomada de antemano. Mientras escribo esto me da miedo a mí mismo pensar que podemos ser fruto de una historia ya contada sin ideas de cambiarlo (a no ser que un ente externo a este tiempo pudiera modificar la línea espaciotemporal), puesto que uno puede llegar a pensar, realmente estoy tirando mi vida, cuando en realidad la vida ya está escrita y bien vivida.
      Esta forma de pensamiento podría por tanto dar a entender que existen infinitas realidades paralelas de cada fracción de tiempo donde tu propio ente esta viviendo y reviviendo cada instante de forma infinitesimal. Realmente al pensarlo fríamente, se me escapa de las manos y mi mente no logra abarcar como puede contenerse tanto en tan poco. 
  
      2. Hipótesis de ausencia de opciones científicas
     Mi segunda opción es que realmente la propia física no permita viajar en el tiempo. Las leyes físicas están para cumplirlas y como Homer Simpson decía, “¡En esta casa cumplimos las leyes de la termodinámica!”, por tanto y aunque conozcamos seguramente un 1% de toda la física que nos rodea y que en general rodea a todo el cosmos (si nos conocemos poco a nosotros mismos, no imagino lo que nos falta del resto…), quizás nunca lleguemos a poder realizar estos viajes porque no exista modelo matemático capaz de solucionar un problema que en realidad nunca haya existido. Mis conocimientos en física no abarcan tanto (no es mi campo) y desconozco realmente que publicaciones puedan existir en la red que den un poco de luz en este ámbito. Quizás este sea un punto irreal porque la física sí que pueda dar soluciones a esto, quizás plegamiento del cosmos como en los agujeros negros, quizás agujeros de gusano utilizados de alguna forma, son todas confabulaciones.

3. Hipótesis de  los viajeros del tiempo

Realmente esta opción es la que más me gusta, y no por realista sino por fantasía. Una opción plausible (dentro de la realidad) es que sí que haya un futuro, que si pertenezcamos a un presente y que por supuesto sí que haya un pasado, y que realmente los habitantes de nuestro futuro sí que hayan podido descubrir un modo de viajar en el tiempo. Como en algunas películas se ha fantaseado, el viaje en el tiempo sería otra forma más de turismo (bastante elegante por cierto) que obviamente debería de estar muy restringida para que el viajero no pueda interaccionar con los habitantes de la época que visite para no alterar el continuo espacio-tiempo. Esta restricción es lo que no nos permitiría a nosotros, habitantes del presente, poder conocer a nuestros “postcedentes” para que ningún hito de la historia se cambie.

Realmente al pensar esto se me ocurre que si de verdad algún día se descubrieran los viajes en el tiempo, su regulación debería de ser extrema, puesto que podría ser un arma extremadamente poderosa. Realmente alguien con un artilugio así podría cambiar cualquier hito de la historia, como el nazismo, si impidieran el suicidio de Hitler o la entrada de las tropas aliadas por Normandía, impedir el descubrimiento de América o la Reconquista, o cualquier gran evento de nuestra historia. Sería una especie de “terrorismo temporal”. Cualquier nación que se hiciera con el poder de una máquina así podría cambiar el curso de la historia de tal forma que en el presente fuera una superpotencia, aniquilar a sus enemigos o incluso llevando a cabo una dominación total. La tecnología de los viajes en el tiempo estaría por tanto celosamente guardara bajo varios candados. No esperemos verlo por tanto.

4. Hipótesis de la extinción masiva

La última y también bastante plausible es que la especie humana en un futuro (no sé si lejano, cercano o inmediato, así como el 21 de Diciembre de 2012) se haya extinguido por múltiples causas que no voy  a entrar a razonar. Esto aclararía que si no hay nadie que descubra y diseñe los viajes temporales, no hay nadie que pueda realizarlos y por tanto jamás veríamos a esos viajeros temporales.

martes, 6 de septiembre de 2011

La hipótesis de la Reina Roja, la patraña de la futurología biológica.


Seguidores o no  de los documentales de la 2, devotos de megaestructuras y el último superviviente, o simplemente si dormitáis con estos programas a media tarde, habréis sido seguros testigos de un espectáculo de curiosa imaginación pero poco o basto contenido científico, la serie documental de futuro salvaje.

Esta película de nuestro futuro nos muestra, con la verdad sea dicha gratos efectos especiales, una posible evolución de las especies que pueblan nuestros ecosistemas hacia individuos adaptados a ambientes nuevos que podrían darse en los próximos miles y millones de años. En ella podemos observar como la aparición de nuevas condiciones de vida genera individuos adaptados que en la mayoría de los casos en este documental son mezclas entre especies que existen en nuestros días, otorgándoles a veces nombres disparatados y apariencias bastante poco agraciadas como el buitrélago o las topornices, estás últimas aves que forman grupos socialmente complejos y que viven bajo tierra como animales fosoriales. Los nombres lo dicen todo.

Cartel de la producción "Futuro Salvaje", donde se pueden ver algunas de las variopintas creaciones sobre un futuro evolutivo.
No deja de ser un programa de televisión de índole pseudocientífica que simplemente intenta mostrar a todo el mundo, independientemente de su nivel cultural en el ámbito científico, como funciona la evolución y de paso ganar unos cuantos adeptos en las arcas de la productora porque, amigo, a todos nos gustan los efectos especiales. Sin embargo sirve muy bien para poder comprender como funciona realmente la evolución y los errores de ese documental también sirven como piedra angular para poder ahondar más aun en este tema, para poder ver de forma global cuales son las fuerzas que han provocado y provocarán la evolución de las especies. La Hipótesis de la Reina Roja nos muestra muy bien el camino a seguir.

Esta teoría científica nos enseña que las especies deben proseguir en constante evolución con respecto al entorno en el que viven para poder mantener su statu quo. Esto quiere decir que, ya que el ambiente en el que nos movemos cambia constantemente, las especies que habitan en él necesitan concomitantemente adaptarse a los cambios que en él ocurren para poder seguir sobreviviendo. Los organismos ocupan dentro de su entorno un nicho ecológico, esto es como una especie de “profesión” ligada a lo que son, y por tanto si el entorno cambia la profesión ha de cambiar o adaptarse, pero nunca podrá quedarse como estaba ya que ese organismo estaría avocado a la extinción.

Esta teoría cobra nombre de la famosa novela de Lewis Carrol “Alicia a través del espejo”, segunda parte de la archiconocida “Alicia en el Pais de las Maravillas”. En esta secuela, Alicia tiene esta famosa conversación con la Reina Roja:

Alicia miró alrededor suyo con gran sorpresa.
-Pero ¿cómo? ¡Si parece que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que antes!
-¡Pues claro que sí! -convino la Reina-. Y, ¿cómo si no?
-Bueno, lo que es en mi país -aclaró Alicia, jadeando aún bastante, cuando se corre tan rápido como lo hemos estado haciendo y durante algún tiempo, se suele llegar a alguna otra parte...
-¡Un país bastante lento! -replicó la Reina-. Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido.

Ilustración del libro "Alicia a través del espejo" de Lewis Carrol, escena mítica de la carrera sobre el bosque que nunca cambia.
 
Tomando como ejemplo el primero de los casos, es obvio que la evolución no concomitante de dos especies que deprendan entre sí llevaría a la desaparición de ambas con el tiempo. Esto se explica mejor si lo vemos con un ejemplo que puede ocurrir en cualquiera de nuestros bosques, la depredación entre el zorro y el conejo.

La evolución hacia una mejora del zorro con respecto al conejo produciría que estos fueran cazados en un número mayor que lo que el medio ecológico en el que se mueven puede soportar, produciendo con el tiempo un descenso drástico del número de presas potenciales para los zorros y por tanto un periodo de hambruna que terminaría desembocando en una mortalidad masiva de zorros por la falta de alimento. Al final tanto una especie como la otra terminarían desapareciendo por no coevolucionar de forma paralela, por no haberse adaptado al ambiente nuevo que ha aparecido en el ecosistema.

Puede ser difícil darse cuenta de cómo cambia un ambiente si no nos centramos en los detalles pequeños. Podemos pensar que un ambiente cambiante es un gran ejemplo como la separación de Pangea hacia continentes más pequeños (que lo es), pero un cambio en un ambiente puede ser tan simple un periodo de lluvia inusual que llene repentinamente las charcas que se llenarían más tardíamente en el año, provocando una eclosión temprana de mosquitos y la posterior proliferación de animales insectívoros que tendrían que ser depredados por otros. Al final y como se dijo en otros artículos publicados dentro de este blog, todo en el ecosistema está íntimamente relacionado y cada peldaño es igual de importante que el anterior.